La noche del miércoles en el estadio Libertadores de América terminó en una escena de caos pocas veces vista en el fútbol sudamericano. El partido entre Independiente y Universidad de Chile por la Copa Sudamericana fue suspendido tras violentos enfrentamientos entre hinchas, que dejaron un saldo de 111 detenidos, varios hospitalizados —al menos dos en estado crítico— y una fuerte polémica entre la Policía bonaerense y la CONMEBOL por la falta de reacción ante la escalada de violencia.
Según el informe oficial de la Comisaría 1ª de Avellaneda, los detenidos son en su mayoría de nacionalidad chilena, con excepción de un argentino, y enfrentan cargos por resistencia a la autoridad, daños, lesiones leves y graves. Los incidentes se desataron a los 34 minutos del primer tiempo, cuando desde la tribuna Pavoni Alta, ocupada por hinchas visitantes, comenzaron a arrojar objetos contundentes —entre ellos pedazos de inodoro, palos, bombas de estruendo y fluidos corporales— hacia la bandeja inferior, donde se ubicaban simpatizantes del Rojo. La violencia se propagó rápidamente por distintos sectores del estadio, con rotura de vidrios y enfrentamientos directos entre facciones.
La Policía bonaerense informó que siete personas fueron hospitalizadas, aunque desde Universidad de Chile se elevó la cifra a 19 heridos, distribuidos entre el Hospital Fiorito de Avellaneda, el Hospital Presidente Perón de Sarandí y el Hospital Wilde. Entre los casos más graves se encuentran Gonzalo Alfaro, quien sufrió una caída desde altura y fue ingresado en cirugía con riesgo vital; Diego Montero, apuñalado en el tórax superior y con traumatismo de cráneo; y Jaime Mora, intervenido quirúrgicamente por fracturas. El resto de los hospitalizados presenta politraumatismos, heridas cortantes y contusiones múltiples.
Tras la suspensión del encuentro, se realizó una reunión de urgencia entre representantes de la CONMEBOL, dirigentes de ambos clubes y autoridades de seguridad. Según el comunicado policial, tanto la Bonaerense como la Agencia de Prevención de Violencia en el Deporte (APREVIDE) insistieron en la necesidad de suspender el partido de inmediato para resguardar la integridad de los presentes. Sin embargo, los representantes del organismo sudamericano se negaron a adoptar esa medida y propusieron que la Policía ingresara a la tribuna visitante para desalojar a los hinchas chilenos y continuar el encuentro, propuesta que fue rechazada por las autoridades locales por considerarla riesgosa y desproporcionada.
Aunque la Policía habla solo de siete heridos, el conjunto chileno informó que son 19 los hospitalizados que están siendo atendidos en el Hospital Fiorito de Avellaneda, Hospital Wilde y Hospital Presidente Perón de Sarandí:
Hospital Fiorito
- Gonzalo Alfaro, estado muy grave por caída en altura. Riesgo vital, en cirugía por traumatismo de cráneo y con "pronóstico reservado".
- Jaime Mora, cirugía por fractura: permanece estable y presenta traumatismo de cráneo con fractura cervical.
- Pablo Mora, politraumatismo.
- Brayan Martínez, apuñalado.
- Ignacio Castro, sutura en la cabeza.
- Diego Trujillo, politraumatismo.
- Sebastián Aliste, politraumatismo.
- Fernando Ortiz, politraumatismo de cráneo.
- Hian Abreu, politraumatismo.
- Carlos Mesa, politraumatismo.
- Román Silva, politraumatismo.
- Victoria Neira, politraumatismo.
Hospital Presidente Perón
- Andrés Villalobos, traumatismo de craneo (pronóstico reservado).
- Diego Montero, apuñalado en tórax superior y traumatismo de cráneo
- Renato Urbina, traumatismo de cráneo.
- Nazareno Hasenaver, de nacionalidad argentina, que se encuentra estable y en proceso de recuperación.
Hospital Wilde
- Joaquín Vaina, politraumatismo
- Rubén Torres, politraumatismo
- José Acuiada, politraumatismo
- Patricio Valenzuela, politraumatismo
- Joaquin Alvayay, chileno, herido leve con traumatismo de craneo
El ministro de Seguridad bonaerense, Javier Alonso, también apuntó contra la CONMEBOL y el club organizador. En diálogo con medios locales, sostuvo que los protocolos exigidos por la competencia no fueron cumplidos y que no existía una línea de seguridad privada que impidiera el contacto entre tribunas.
“Si el partido se suspendía en el primer tiempo, nada de esto habría ocurrido”, afirmó.
Mientras tanto, los hinchas chilenos que no fueron detenidos serán escoltados por fuerzas de seguridad hasta Mendoza, desde donde cruzarán la frontera hacia su país. Se espera una resolución disciplinaria por parte de la CONMEBOL, que podría incluir sanciones para ambos clubes y restricciones futuras en la organización de partidos internacionales.
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