En el debut del Grupo E del Mundial de Clubes, Monterrey e Inter de Milán igualaron 1-1 en el Rose Bowl de Pasadena. Fue un choque de estilos, de jerarquías y de momentos: los Rayados golpearon primero con un cabezazo de Sergio Ramos, pero Lautaro Martínez empató antes del descanso. El segundo tiempo fue más táctico que emocional, y el reparto de puntos deja abierta la pelea por la clasificación.
El equipo de Domènec Torrent sorprendió desde el arranque con una presión alta que incomodó a los italianos. Con Ocampos y Berterame como lanzas, y un medio combativo, Monterrey impuso condiciones en los primeros 30 minutos. A los 24', Sergio Ramos se elevó en el área como en sus mejores tiempos y conectó un centro quirúrgico de Gallardo para el 1-0. El festejo fue puro desahogo: el español gritó con alma y puño cerrado.
Inter, algo incómodo, tardó en encontrar su ritmo. Pero cuando lo hizo, fue letal. A los 41', una jugada colectiva que nació en los pies de Çalhanoğlu terminó con Lautaro Martínez girando en el área y definiendo con clase al segundo palo. El empate fue un golpe anímico para los de Simone Inzaghi, que cerraron mejor la primera mitad.
La segunda parte fue más cerrada. Inter manejó la posesión (61%) pero sin profundidad, mientras que Monterrey apostó a la contra. Ocampos tuvo una clara tras un robo en mitad de cancha, pero su remate se fue alto. Lautaro también tuvo una chance de cabeza, pero Andrada respondió firme. El partido se calentó en los últimos minutos: hubo amarillas para Rodríguez, Barella, Asllani y el propio Lautaro, en un cierre tenso.
El empate fue justo. Monterrey mostró personalidad y recursos para competirle de igual a igual a un gigante europeo. Inter, por su parte, dejó en claro que tiene jerarquía para reaccionar en momentos clave. El Grupo E promete ser uno de los más parejos del torneo.
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