La Conmebol resolvió descalificar al Rojo por los hechos ocurridos en el Libertadores de América y darle la clasificación a los chilenos, que enfrentarán a Alianza Lima a puertas cerradas en los cuartos de final.
Independiente sufrió un durísimo golpe en la Copa Sudamericana. Tras los violentos incidentes que obligaron a suspender el partido frente a Universidad de Chile en Avellaneda, la Conmebol determinó eliminar al conjunto argentino de la competencia y otorgarle el pase a los cuartos de final al elenco trasandino, que deberá medirse con Alianza Lima en Coquimbo y sin la presencia de público.
El encuentro de vuelta por los octavos se interrumpió cuando recién comenzaba el segundo tiempo y el marcador estaba 1-1, un resultado que favorecía a la U tras el 1-0 obtenido en la ida. El clima de tensión en las tribunas se trasladó al campo de juego y derivó en la decisión de suspenderlo, un desenlace que finalmente dejó a Independiente fuera de carrera.
Apenas conocida la resolución, en Avellaneda se expresaron con una publicación fuerte en redes sociales: “Perdió el fútbol, ganaron los violentos”, acompañado por una foto de una campera manchada de sangre junto al escudo del club. Un mensaje que generó repercusión inmediata y que expuso el malestar dirigencial con la determinación.
Antes de la sanción, ambos clubes habían presentado sus descargos ante el Tribunal de Disciplina de Conmebol. La audiencia se desarrolló este martes con tres miembros activos (el argentino y el chileno fueron apartados) y allí se ratificaron las posturas de cada institución. Finalmente, el fallo resultó lapidario para el Rojo.
Además de la eliminación, Independiente recibió un castigo severo: siete partidos como local en torneos Conmebol a puertas cerradas y la prohibición de llevar público en la misma cantidad de encuentros como visitante. Universidad de Chile también deberá cumplir con la misma sanción.
Las medidas incluyen sanciones económicas importantes. El Rojo fue multado con 250 mil dólares, mientras que el conjunto chileno deberá abonar 270 mil dólares. Tanto argentinos como trasandinos tendrán que participar en campañas oficiales contra el racismo, la discriminación y la violencia, como parte del correctivo que impuso el organismo sudamericano.
Desde la comisión directiva, encabezada por Néstor Grindetti, no descartan apelar ante Conmebol o incluso llevar el caso al TAS. La idea principal no sería reclamar el aspecto deportivo —ya asumido como perdido— sino intentar reducir las sanciones que afectan a los hinchas y la multa económica. Para este viernes está prevista una reunión con el cuerpo de abogados para definir los pasos a seguir.
En la defensa que presentó Independiente, se responsabilizó a los simpatizantes de Universidad de Chile por iniciar los incidentes. El Rojo denunció que, mucho antes del comienzo del encuentro, los hinchas visitantes provocaron destrozos en las instalaciones del estadio y arrojaron objetos contundentes hacia la parcialidad local ubicada en la Pavoni Alta y en una de las Gargantas.
Néstor Grindetti manifestó que Independiente debía ser considerado ganador de la serie, argumentando que la violencia se originó del lado visitante. En caso de no prosperar ese pedido, la dirigencia aspiraba al menos a que se completara el partido en un escenario neutral. Sin embargo, el fallo definitivo de Conmebol cerró toda posibilidad y dejó al club de Avellaneda fuera del torneo continental.
Con este escenario, la U de Chile será el rival de Alianza Lima en cuartos de final, en un cruce que se disputará sin público. Para Independiente, en cambio, queda la bronca, la impotencia y una sanción histórica que marcará un antes y un después en su relación con el ente rector del fútbol sudamericano.
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