Un 22 de junio como hoy, pero de 1986, Diego Armando Maradona escribió una de las páginas más gloriosas del fútbol mundial. En el Estadio Azteca de México, ante más de 114 mil espectadores y bajo un sol implacable, el 10 argentino dejó una huella imborrable con una jugada que desafió toda lógica: el Gol del Siglo.
Argentina enfrentaba a Inglaterra por los cuartos de final del Mundial. Ya había abierto el marcador con un gol polémico —la famosa Mano de Dios—, pero lo mejor estaba por venir. A los 55 minutos, tras un pase de Héctor “Negro” Enrique, Maradona arrancó desde su propio campo y comenzó a tejer una obra maestra.
Fueron 10.6 segundos, 52 metros, 12 toques, 44 pasos y cinco ingleses desparramados —incluido el arquero Peter Shilton— para sellar el Gol del Siglo. Una jugada que combinó velocidad, precisión, coraje y belleza. Una jugada que, más que un gol, fue una declaración de identidad.
El relato de Víctor Hugo Morales terminó de inmortalizar el momento con su grito inolvidable: “Barrilete cósmico… ¿de qué planeta viniste?”
Ese tanto no solo estiró la ventaja a 2-0, sino que impulsó a la Selección hacia su segundo título mundial, tras vencer a Bélgica en semifinales y a Alemania en la final.
Hoy, a 39 años de aquella tarde mágica, el Gol del Siglo sigue siendo mucho más que una jugada: es un símbolo eterno del fútbol argentino.
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