Con jerarquía y contundencia, el equipo de Simone Inzaghi dio un paso firme en la Champions League al imponerse 2-0 en su visita al Feyenoord. Supo sufrir en los primeros minutos, pero golpeó cuando más lo necesitaba y manejó el partido con la frialdad de un equipo acostumbrado a estas instancias.
El arranque fue todo para los de Arne Slot. Empujados por su gente, salieron con intensidad y generaron peligro rápidamente. Ibrahim Osman tuvo la más clara con un zurdazo que exigió a Josep Martínez, quien respondió con una gran atajada. Parecía que el conjunto neerlandés tomaba el control, pero el visitante no perdió la calma. Como un depredador al acecho, esperó su oportunidad.
Y la encontró a los 38 minutos. Dumfries, incansable por derecha, llegó hasta el fondo y descargó atrás para Barella, quien metió un centro flotado que encontró dormida a la zaga rival. Thuram apareció a espaldas de los centrales y definió sin dudarlo. Un mazazo para el equipo de Rotterdam, que hasta ese momento había hecho méritos para estar en ventaja.
Antes del descanso, el subcampeón de Europa pudo ampliar la diferencia. Primero con un tiro libre de Asllani que Wellenreuther despejó con una volada espectacular, y luego con un remate venenoso de Lautaro Martínez que el arquero volvió a desactivar.
En el complemento, los italianos no tardaron en liquidar la historia. A los 5 minutos, Zielinski intentó con dos disparos desde afuera del área sin éxito, pero la pelota terminó en los pies del capitán argentino, quien no perdonó y fusiló al arquero. Con el 2-0 en el marcador, la sensación era que el partido estaba sentenciado.
El mediocampista polaco tuvo en sus pies la chance de convertir el tercero desde el punto penal, pero su remate se fue desviado. De todas formas, el cuadro milanés manejó el trámite con inteligencia, cerró espacios y dejó sin ideas a un rival que terminó frustrado.
El De Kuip, que al inicio era una caldera, terminó enmudecido. Ahora, los neerlandeses están obligados a una hazaña en la vuelta si quieren seguir con vida en la Champions. Del otro lado, el equipo lombardo regresará a Italia con la tranquilidad de haber hecho un trabajo impecable, sabiendo que está a un paso de los cuartos de final.
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